Las Almazaras de Abanilla

Historia, Tradición y Economía

Las almazaras han sido un pilar fundamental en la economía y la cultura de Abanilla durante siglos. La producción de aceite de oliva, junto con la actividad agrícola del olivar, ha moldeado la identidad del municipio y ha sido motor de su desarrollo socioeconómico. Desde la época medieval hasta tiempos recientes, las almazaras han sido testigos del esfuerzo de generaciones de agricultores y molineros.

Las primeras referencias documentadas sobre las almazaras en Abanilla se remontan a los registros del siglo XVI. En aquella época, el Concejo regulaba estrictamente su funcionamiento, asegurando que la producción de aceite se realizara con estándares de calidad y evitando prácticas fraudulentas. Por ejemplo, se establecían normas sobre la limpieza de las prensas, la temperatura del agua utilizada y la correcta presión del piñuelo para extraer el aceite (más información en el artículo de E. Marco del libro de las fiestas de Mahoya del año 2004). El incumplimiento de estas normas podía acarrear severas sanciones, lo que demuestra la importancia que tenía esta industria para la comunidad.

En el siglo XVIII, el Catastro del Marqués de la Ensenada documenta la existencia de cinco molinos de aceite en el municipio, cifra que aumentó a siete según el Diccionario de Pascual Madoz en 1850 (más información artículo de E. Marco libro de las fiestas de Mahoya 1999). Estas almazaras estaban distribuidas en distintos puntos estratégicos de Abanilla, como la calle San José, la calle de los Postigos o el camino hacia Pinoso. Con el tiempo, muchas de ellas evolucionaron y fueron incorporando nuevas tecnologías, como la prensa hidráulica, que permitió aumentar la producción y mejorar la calidad del aceite.de 1999).

Uno de los ejemplos más emblemáticos fue la almazara de Doña Margarita Rubira Ruiz, ubicada en la calle San José y en funcionamiento hasta mediados del siglo XX. Su estructura conservaba elementos tradicionales, como el molino de un solo rulo y prensas de viga de grandes dimensiones, utilizadas desde la época romana y perfeccionadas a lo largo de los siglos (ver artículo La Almazara de Doña Margarita). Estas prensas, con vigas de más de 12 metros, evidencian la maestría artesanal aplicada en su construcción y reflejan la evolución de las técnicas de extracción del aceite.

La importancia de las almazaras en Abanilla no solo radica en su función económica, sino también en su valor cultural y patrimonial. Su actividad no solo abastecía a la población local, sino que generaba comercio con otras regiones, consolidando la producción de aceite como una de las principales riquezas del municipio. Durante generaciones, la recogida de la aceituna y el proceso de molienda y prensado fueron un acontecimiento social, en el que participaban familias enteras.

El progreso tecnológico y los cambios en la industria agroalimentaria han provocado que la mayoría de estas almazaras hayan desaparecido o hayan quedado en estado de abandono. Sin embargo, su legado sigue vivo en la memoria colectiva